Reflexiones para la Juventud de Hoy

Elegido

Siempre que estoy decepcionado, me detengo a pensar en el pequeño Jaime.
Jaime estaba intentando conseguir una parte en una obra de la escuela.

Su mamá me dijo que había puesto su corazón en ello pero aún así temía que no fuera elegido.
El día que fueron repartidas las partes de la obra, yo estuve en la escuela.

Jaime salió corriendo con los ojos brillantes de orgullo y una gran emoción.
-"Adivina qué mamá" y me dijo gritando las palabras que permanecerán como una lección para mí.
-"He sido elegido para aplaudir y animar".

Que no te hagan creer que, porque no puedes hacer grandes cosas, no puedes hacer nada.

Juan 14:12
"De cierto, de cierto os digo que el que cree en mí, él también hará las obras que yo hago. Y mayores que éstas harán, porque yo voy al Padre.

Juan 15:16
"Vosotros no me elegisteis a mí, mas bien, yo os elegí a vosotros para que llevéis fruto, y para que vuestro fruto permanezca."

Santiago 2:5
Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios los pobres de este mundo, ricos en fe, y herederos del reino que ha prometido á los que le aman?

Ganar, Perdiendo.

¿Alguna vez has jugado dominó? Cuando yo era muchacho, jugar dominó era uno de los pasatiempos favoritos. Hace algún tiempo, mientras visitaba a una familia, vi a un joven muchacho y a su abuelo jugando ese juego. Al pensar en los días de mi niñez me vino a la mente un torrente de recuerdos.

Lo extraño del juego de dominó es que se gana perdiendo. Para ganar, tienes que perder tus fichas. El que primero se deshace de sus fichas gana el juego. Tienes que dar para obtener, perder para ganar, ser reducido a nada para llegar a la cima.

No es como el béisbol, el tenis u otros juegos, en los que el mayor número de carreras, puntos o anotaciones determina al ganador. ¡No! En el dominó, el que triunfa es el que primero llega a la nada.

La regla del hombre natural es: «Consigue todo lo que puedas.» La regla del hombre espiritual debería ser: «Da todo lo que puedas.» En la esfera espiritual, sólo conservaremos para siempre aquello que damos.

En la vida cristiana muchas veces las victorias más significativas y más importantes vienen disfrazadas en un atuendo de derrota, debemos reducirnos a nada antes de llegar a ser algo. La semilla que se guarda en el granero se enmohece y se deteriora, pero si se «bota» en el suelo aumenta 30, 60 y 100 por uno. «... si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo. . .» (Juan 12,24).

Recuerda, Jesús lo dio todo. Él es nuestro ejemplo.

Marcos 15:31 "Y de esta manera también los príncipes de los sacerdotes escarneciendo, decían unos á otros, con los escribas: A otros salvó, á sí mismo no se puede salvar." (Aunque si podía decidió no hacerlo. Por ti y por mí)

La vida es como un partido de tenis: No Puedes ganar si no "sirves" bien!.

Mateo 20:28 "Como el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos."

Con lo que te queda...

El 18 de noviembre de 1994, Itzhak Perlman, el violinista, entró al escenario para dar un concierto en el "Avery Fisher Hall", del Lincoln Center de la ciudad de Nueva York. Si alguna vez ustedes estuvieron en un concierto de Perlman, Ustedes sabrán que llegar al escenario no es un pequeño logro para él. El tuvo polio cuando fue niño, tiene ambas piernas sujetas con bragueros y camina con la ayuda de dos muletas.

Verlo cruzar por el escenario dando un paso por vez, costosa y lentamente es una visión asombrosa. El camina penosa pero majestuosamente hasta que llega a su silla. Entonces se sienta lentamente, pone sus muletas en el suelo, afloja los sujetadores de sus piernas, toma un pie hacia atrás y extiende el otro hacia adelante, entonces se inclina y levanta el violín, lo pone bajo su mejilla, hace una señal al director y comienza a tocar.

Hasta ahora la audiencia está acostumbrada a este ritual.
Ellos permanecen sentados mientras él hace su trayecto hasta su silla. Permanecen reverentemente silenciosos, mientras él afloja los sujetadores de sus piernas, Aún esperan hasta que está listo para tocar.

Pero esta vez algo anduvo mal.

Justo cuando terminaba sus primeras estrofas, una de las cuerdas de su violín se rompió. Pudimos escuchar el ruido, saltó como un tiro atravesando el salón. No había equivocación sobre lo que ese sonido significaba. No había tampoco dudas sobre lo que él tendría que hacer.

Los que estábamos allí esa noche, pensamos: "tendrá que levantarse, ponerse los bragueros nuevamente, levantar las muletas y arrastrarse fuera del escenario ya sea para encontrar otro violín, o encontrar otra cuerda para el suyo".

Pero él no lo hizo. En su lugar, esperó un momento, cerró sus ojos y luego hizo la señal al director de comenzar nuevamente. La orquesta comenzó, y él tocó desde el punto en el que se había detenido. Y tocó con tanta pasión, y tanto poder, y tanta pureza, como nosotros nunca lo habíamos escuchado antes.

Por supuesto todo el mundo sabía que es imposible interpretar un trabajo sinfónico con sólo tres cuerdas. Yo sé eso, y seguramente muchos de ustedes sabrán eso. Pero esa noche Itzhak Perlman rehusó saberlo.

Ustedes hubiesen podido verlo modulando, cambiando, recomponiendo la pieza en su cabeza. En un punto, eso sonó como si él estuviera sacando el tono de las cuerdas que se había roto y consiguiendo nuevos sonidos que ellas nunca habían hecho jamás antes.

Cuando terminó, hubo un impresionante silencio en la sala, y entonces la gente se levantó y lo aclamó. Hubo un extraordinario aplauso proveniente de cada rincón del auditorio. Estábamos todos de pie gritando y animando, haciendo todo lo que podíamos, para demostrar cuánto apreciábamos lo que él acababa de hacer.

El sonrió, se secó el sudor de sus cejas, detuvo su inclinación para aquietarnos y luego dijo, no con presunción, sino en un tono reverente, pensativo, calmo, "Ustedes saben,... algunas veces... la tarea del artista es descubrir cuánta música uno puede hacer con lo que aún le queda".

Que maravillosa línea ésta. Ha permanecido en mi mente siempre desde que la escuche. Y ¿quién sabe? Tal vez es la definición de la Vida, no solo para los artistas, sino para todos nosotros. Aquí hay un hombre que se ha preparado toda su vida para hacer música con un violín de cuatro cuerdas, quien, repentinamente, en medio de un concierto, se encuentra con solo tres cuerdas, así que realizó música con tres cuerdas. Y la música que hizo esa noche con solo tres cuerdas, fue más hermosa, más sagrada, y más memorable, que ninguna que haya hecho jamás, cuando él contaba con un violín de cuatro cuerdas.

Así que, tal vez, nuestra tarea en este mundo que vivimos, confuso, inestable y que cambia velozmente sea hacer música, al principio con todo lo que tenemos, y luego cuando eso no es más posible, hacer música con todo lo que nos quede.

Habacuc 3:17 al 19
"Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos; aunque mienta la obra de la oliva, y los labrados no me den ni para mantenerme. Aunque las ovejas sean quitadas de la majada y no haya vacas en los corrales; con todo eso yo me alegraré en el Señor y me gozaré en el Dios de mi salvación. El Señor es mi fortaleza... y me hará andar sobre alturas"

Juan 14:12
"De cierto, de cierto os digo que el que cree en mí, él también hará las obras que yo hago. Y mayores que éstas harán, porque yo voy al Padre.

Juan 15:16
"Vosotros no me elegisteis a mí, mas bien, yo os elegí a vosotros para que llevéis fruto, y para que vuestro fruto permanezca.