Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. (Josué 1:8)
Juan el bautista, hablando de Jesús dijo: "Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe" (Juan 3:30).
No se puede menguar para que Dios crezca, es a medida que Dios va "ganando terreno" en nuestro corazón mediante la alabanza, la oración y la lectura de la Biblia que uno comienza a menguar y comenzamos a parecernos a Dios y a disfrutar su compañia y sus mandamientos se hacen delicias para nosotros
Mis labios rebosarán alabanza
Cuando me enseñes tus estatutos.
Hablará mi lengua tus dichos,
Porque todos tus mandamientos son justicia.
Esté tu mano pronta para socorrerme,
Porque tus mandamientos he escogido.
He deseado tu salvación, oh Jehová,
Y tu ley es mi delicia (Salmo 119: 171- 174)