Cita Bíblica: 4:1-6
Jesús sabiendo muy bien la misión que le esperaba en Samaria partió según la palabra de Dios a la hora sexta (seria como la hora del medio día), así Jesús se ubico en el lugar exacto para su encuentro y en el momento justo para encontrarse con la mujer samaritana y cambiarla, impactarla.
Impactar a una mujer con un corazón vacío y necesitado, limitada, acomplejada y con un carácter muy débil; mas Jesús no estaba dispuesto a llevar a cabo ese encuentro para juzgarla sino para rescatarla del vacío en el que se encontraba, Jesús estaba allí para restaurar su corazón y para que pudiera darse cuanta de lo que realmente es valioso, de lo que Jesús le estaba ofreciendo; el agua que la saciaría para siempre: su presencia.
Pero debemos saber que antes de recibir su presencia primero debemos identificar las cosas que en nosotros están, cosas que detienen el fluir de la presencia de Dios, del agua que sacia de verdad; estas cosas hay que corregirlas.
Además recuerda que el beneficio neto de la presencia de Dios es para ti y para tus seres amados.
Así, dejemos pues a Dios obrar en nuestras vidas, dejemos que el río de su presencia corra y restaure y brinde gozo a nuestros corazones y así adorar, adorar en espíritu y en verdad como tales adoradores busca Él.
Hermano, es tiempo ya de correr, es tiempo de abandonar la comodidad, es tiempo de remontarnos a las alturas, es tiempo de buscar a Dios con todo nuestro corazón.
Tan solo obedece.
La recompensa esta cercana.