El vino es escarnecedor, la sidra alborotadora, y cualquiera que por ellos yerra no es sabio (Proverbios 20:1)
Como puedes apreciar en la fotografía, aparentemente una inofensiva copa de vino, uno de los muchos placeres que ofrece este mundo; sin embargo, este mismo ha llevado a miles a una condición tal que no pueden escapar: adictos por la bebida.
El mundo moderno te enseña que si la Biblia no lo dice, lo puedes hacer; nos quiere hacer creer que nuestras acciones no nos afectarán el día de mañana, y que somos libres de hacer lo que queremos, mas sin embargo esto no es así.
La Biblia es clara en el versículo que está al inicio de esta reflexión: toda aquella persona que yerra (se equivoca o comete falta) por el vino o la sidra (ambas bebidas embriagantes), es falto de sabiduría (la Biblia llama a este tipo de personas, necios).
Quiero en este momento hacer 2 recomendaciones: una para los que ya son adictos a este vicio y otra para aquellos que jamás han probado una gota de alcohol.
PRIMERA RECOMENDACIÓN (PARA ADICTOS)
Seamos honestos, si tu estas en este vicio es porque tú lo decidiste. Nadie te ha obligado a tomar la iniciativa de beber, y hoy te lamentas que no puedes dejar de tomar. O puede ser que alguien te motivó e incitó a beber y lo hiciste por curiosidad, por machismo, por el que dirán, por ser aceptado en alguna clase o grupo social, pero hoy te encuentras atado por este vicio y no puedes romper con esas ataduras en tu vida.
Pero la idea principal de esta reflexión es motivarte a dejar ese vicio. ¿Cómo? Sencillamente dale tu vida completa a Jesucristo.
El prometió perdonar todos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad; además, es el Único que verdaderamente te puede ayudar a salir de estos vicios.
Claro (me dirás), pero yo voy a algún lugar especial para dejar de tomar. Puede que dejes de tomar, pero ¿no es verdad que sustituyes tu vicio anterior por uno nuevo, que es incluso peor que el anterior?
Por ejemplo, en algunos lugares les dicen que fumen cuando tengan ganas de tomar cerveza, y dejan de beber pero se convierten adictos al cigarrillo.
Pero Jesús, por medio de Su Espíritu Santo, no te va a quitar un vicio y a ponerte otro. ¡De ninguna manera!
EL verdaderamente te puede quitar esos deseos de beber y limpiar hoy tu historial y hacer borrón y cuenta nueva, pero eso sí, debes DARLE ENTEMANENTE tu corazón. No a medias, no de broma, no de mentiras. Dáselo con la intención que El gobierne tu vida, que te cambie y que te haga libre de esa y de cualquier otra atadura que pudieras estar viviendo hoy.
SEGUNDA RECOMANDACIÓN (PARA NO ADICTOS)
De seguro hasta este momento has estado leyendo esta corta reflexión y pensando: ¿hacerme adicto a beber? JAMAS!!! Pero todos estamos expuestos al pecado. Nadie es inmune a los atractivos de los placeres de la carne, si Dios no esta de su lado.
Pero si hasta este día jamás has probado lo que es el licor, la cerveza, el vino, o cualquier otra bebida embriagante ¡Te felicito! Pero de igual manera, te quero advertir de que te cuides, pues muchos en un momento de euforia y placer, en pocos segundos han destruido toda una vida de éxito.
Sabes, el vicio de beber ha destruido hogares, familias enteras se han dividido por causa del alcohol.
Maltrato intrafamiliar, accidentes de tránsito, muertes en bares y calles peatonales, asaltos a mano armada, violaciones sexuales, secuestros, asesinatos, fornicación, adulterio, jóvenes embarazadas... todos estos males, y muchos otros tienen un factor común: LAS BEBIDAS EMBRIAGANTES.
Cuando una persona es dominada por los efectos del alcohol, pierde todo uso de razón, pierde la cordura y hace cosas que sobrio ni se atrevería a intentar. El alcohol toma posesión de la voluntad del individuo, y ya no es responsable en su actuar, y puede hacer la vileza más grande, que al pasársele el efecto de la bebida (la famosa "goma" o "cruda") no se acuerda de lo ocurrido la noche anterior.
Esto es en resumen lo que pasa en el cuerpo y mente del individuo. Pero ¿y en el corazón? Déjame decirte que Dios es quien desea tomar el control de tu vida, no para molestarte ni para hacerte una persona aburrida o amargada (como nos tildan a los cristianos), sino hacerte libre de una vez por todas.
Talvez no tengas el vicio de la bebida, pero puede que tu seas adicto a la pornografía, a la masturbación, al chambre, al odio, a los pleitos, a decir malas palabras, a ser grosero con los demás, a hacer trampa en tu estudio o trabajo.
Dios desea liberarte hoy.
¡NO BUSQUES ESCAPE A TUS PROBLEMAS CON EL ALCOHOL! DALE A DIOS LA OPORTUNIDAD DE DEMOSTRARTE QUE EL TE AMA CON AMOR ETERNO. DIOS TE BENDIGA.