Protegidos en la tierra de Gosén

Exodo 8:21 Porque si no dejas ir a mi pueblo, he aquí yo enviaré sobre ti, sobre tus siervos, sobre tu pueblo y sobre tus casas toda clase de moscas; y las casas de los egipcios se llenarán de toda clase de moscas, y asimismo la tierra donde ellos estén. 8:22 Y aquel día yo apartaré la tierra de Gosén, en la cual habita mi pueblo, para que ninguna clase de moscas haya en ella, a fin de que sepas que yo soy Jehová en medio de la tierra. 8:23 Y yo pondré redención entre mi pueblo y el tuyo. Mañana será esta señal.

Este pasaje viene realmente acertado al momento actual que estamos viviendo. Vivimos llenos de afanes, stress, compulsiones, deseos, tentaciones. Además, quiero hacer hincapié en algo que sucedió hace poco: EL TERREMOTO EN CHILE.

Yo me desperté el día sábado con la noticia de un terremoto de 8.8 grados de magnitud que sacudió una nación de América del Sur.

Por la televisión pude ver puentes, edificios, catedrales, carreteras y vehículos destruidos completamente. Escuché que las comunicaciones se interrumpieron, al igual que el suministro eléctrico. Millones de personas a través de las distintas redes sociales de Internet, como Facebook, hacían llamados a las poblaciones mundiales a que oraran y ayudaran a Chile, además de solicitar información sobre parientes perdidos tras el terremoto. Pude ver niños llorando de terror, personas corriendo y asustados por sus vidas.

Cuando la prensa advirtió sobre la posibilidad de un tsunami en Hawai, mi corazón se estremeció. Yo vivo en El Salvador. Si un tsunami se acercara por el lados de mis costas, solo Dios sabe que sería de mi país ahora (puedo ver que grande es la misericordia de Dios con el "Pulgarcito de América").

Ante esta amenaza, miles de gentes en Hawai y en los otros lugares donde advirtieron tsunamis, acudieron por montones a comprar víveres, agua, latas de comida, papel higiénico para escapar a las zonas altas y no ser embestidos por el poder de la ola gigante. Al descartar esta posibilidad de tsunami, sentí que la paz volvió a mi vida.

EL mundo está patas para arriba. Ya no sabe que hacer. El ser humano está inventando máquinas, fórmulas mágicas, drogas que alargan la vida, está gastando toda su vida en arreglarla (¡qué irónico!).

No podemos tapar el sol con un dedo. Nuestro mundo nos está diciendo a gritos: ¡Ya no aguanto! ¡Necesito ayuda! La naturaleza misma se está acabando. Muchos crean que al tercera guerra mundial ya no será por riquezas o petróleo, sino por agua, debido a que esta está comenzando a escasear.

¿Quiero hacerte sentir mal? ¡De ninguna manera! Quiero que reflexiones en lo siguiente:

Cuando las 10 terribles plagas calleron sobre Egipto, Dios apartó a la tierra de Gosén, la tierra donde estaban viviendo Moisés y el pueblo de Israel. El hizo diferencia entre Egipto e Israel, y a Su pueblo escogido lo preservó de las plagas y nada malo les aconteció.

Esto mismo es aplicable a nuestros días. Egipto representa al mundo pecador que no quiere saber nada de Dios. Gosén representa la Casa de Dios, el lugar donde habitaba Israel, los hijos de Dios. Si Dios pudo proteger a Israel, el cual era un pueblo contumaz y rebelde, ¿cuanto más a nosotros los gentiles que hemos creido de corazón en la muerte y sacrificio del Cordero de Dios, El cual nos ha perdonado, borrado nuestros pecados y ahora somos Hijos de El?

Si, el mundo tiene que sufrir las consecuencias de su pecado, pero los cristianos de corazón seremos librados del mal que vendrá. El prometió venirnos a llevar para estar junto con El. Esa debe ser nuestra esperanza.

Por ello, si aún no te has convertido a Cristo, o te apartaste y te volviste al mundo y al pecado, HOY es tiempo aceptable para volver de tu mal camino. Todos somos pecadores. Todos somos imperfectos. Todos necesitamos un salvador. Todos necesitamos a Jesús.

¿Quieres saber como ser un Hijo de Dios y escapar de todo el Mal que vendrá? Haz clic AQUI para saber como, y luego te suplico me hagas llegar un correo con tu decisión de haber aceptado a Cristo. Esa será mi recompensa, saber que un alma más ha escapado de las llamas del infierno.

Dios te ama, y yo también.