Proverbios 15:13 El corazón alegre hermosea el rostro; Mas por el dolor del corazón el espíritu se abate.
Hoy quiero reflexionar en algo que muchos pueden estar pasando. Quiero sincerarme pues yo también he vivido un poco de lo que hoy vamos a compartir, y espero que Dios nos pueda ayudar a todos nosotros a comportarnos mejor y a la manera de Cristo.
Somos seres complejos, llenos de emociones, aficiones, virtudes y defectos que nos caracterizan y nos diferencian de los demás. No existen 2 personas totalmente iguales, sino que cada uno de nosotros "rompimos el molde" al ser creados por la Mano de Dios.
A pesar de ello, existimos en el mundo muchas personas que vivimos con una carga en nuestras vidas; es un sentimiento horrible que nos destruye y nos va carcomiendo el alma y la conciencia. Este sentimiento se llama AMARGURA.
La Biblia menciona las llamadas "Raíces de Amargura". Estas son tan sutiles y mortales, que se riegan por todo el individuo y a los que lo rodean, contaminando los corazones y endureciéndolos, impidiendo así el mover de Dios en ellos. Claro, no son raíces materiales, sino son ataduras del alma que viven en un constante estado de ODIO, RENCOR, RESENTIMIENTO, IMPOTENCIA, DEPRESIÓN, FALTA DE PERDÓN y muchas otras causas.
La Biblia es práctica en cuanto a ellas. Nos invita a que desarraiguemos esas raíces para que no echen frutos en nosotros. Vivir amargado no se lo deseo ni a mi peor enemigo.
"Yo no tengo ese problema"
Algunos síntomas que yo he notado (y muchos de los cuales experimenté) que puedo mencionar:
1. Constante estado depresivo.
2. Facilidad para pasar de un estado de ánimo a otro (de la paz al enojo en segundos).
3. Capacidad de herir a otros con las palabras.
4. Lo que antes disfrutabas hoy te parecen aburridas o sin gracia.
5. Irritabilidad (no te pueden decir nada porque explotas).
6. Mecha corta (falta de paciencia).
7. Frases comunes: "Odio mi vida", "Me cae mal fulano/a", "Solo a mí me pasa esto", "Todo yo", "¿Por qué a mí?", "No me hable nadie"...
8. Todo te cae mal.
9. Sentimientos de odio, rencor y frustración.
10. No puedes ver a alguien, porque "te cae mal".
Ahora, ¿Qué podemos hacer? Este problema es muy difícil de solucionar por uno mismo. Este mal es señal que el orgullo también está rigiendo la vida, pues la amargura encuentra su sanidad en Dios.
Cuando venimos a Dios y reconocemos que tenemos amargura en el corazón, El es capaz de hacernos libres de esta atadura.
Vamos a hablar un poco más de este tema en próxima ocasión. Es un tema extenso, y una reflexión no alcanza para tocar todo este tema. Dios les bendiga.
¿Cómo sanar la amargura? Próximamente...