Cómo jóvenes estamos expuestos a tantas cosas. El mundo que nos rodea nos influencia muchísimo, sea para bien o para mal. Muchas personas no comprenden que esta etapa de transición, de niño a adolescente y de adolescente a joven adulto es una de las etapas más críticas en la vida de los seres humanos, pues es en ella donde definimos quienes seremos el día de mañana.
Miles de jóvenes que hemos pasado ya por la adolescencia y hemos entrado a la "adultez joven" podemos dar testimonio de que no ha sido fácil sobrevivir, pues el mundo que nos rodea nos quiere seducir y llevarnos por caminos de perdición, apartarnos de Dios y perder el regalo de la salvación, y aún siendo adultos corremos ese riesgo.
Esto es una lucha interminable, sin cuartel, en la cual tenemos que estar dispuestos a pelearla para obtener la bendición.
Pero también lo hemos dicho en varias ocasiones: somos humanos. Tenemos sentimientos, deseos, sueños, virtudes, defectos y también (lastimosamente) pecamos y ofendemos a Dios de distintas maneras, unos en un área y otros en otra.
Pero esta reflexión viene a hacer hincapié en algo: ¿No te has cansado de fallar en lo mismo? ¿No has notado que en cierta área/s de tu vida le fallas a Dios y debes enmendar tu camino? ¿No te molesta tropezar de nuevo y con la misma piedra?
¿Cuántas veces hemos prometido a Dios que no volveremos a hacer eso que nos separa de El y al tiempo lo volvemos a hacer? ¿Verdad que no te sientes bien? Te sientes sucio, culpable, miserable, como si ya no hay razón para vivir. "Al fin y al cabo no puedo", dicen unos, rindiéndose fácilmente al pecado o error que cometen.
Pero la idea no es condenar ni juzgar (no soy nadie para hacerlo, pues debo ver primero la viga en mi ojo para ayudar con la paja de otros), sino demostrarte que aún hay esperanza para tu vida.
No todo está perdido. Posiblemente antes de leer esta reflexión hiciste lo que no debías hacer, o fallaste en X área de tu vida y te sientes mal, pero en esta mañana quiero decirte que hay esperanza en los brazos de Jesucristo.
Claro, con ello no es que tomaremos esto como un juego de sube y baja, ratos arriba ratos abajo, no, sino que la idea es que veas en qué áreas estás fallando, ver que te está impidiendo ser libre y correr a los pies del Maestro y pedir perdón y ayuda para no volver a hacerlo.
¿Qué pasa si después vuelvo a pecar? Dios dice en Su Palabra que El conoce nuestra condición, y se acuerda de que solo somos polvo sin El. El conoce tus debilidades, conoce esa área en la que fallas, y sabe si tu intención de dejarla es o no sincera, pues de no ser así, ¿Qué puede hacer El?

Tomo tiempo formar el hábito, tomará tiempo romperlo, pero nada es imposible para Dios. Si estás dispuesto a cambiar, El está más que dispuesto para ayudarte.
Quiero terminar invitando a todos a que hagamos una sencilla oración, pidiendo que Dos se compadezca de nosotros y nos ayude en nuestras debilidades:
"Señor Jesús. En Tu Nombre pido perdón por todos mis pecados. Sé que aún hay áreas en mi vida que no he podido cambiar, aún fallo en algunas áreas y sé que eso te ofende. Ya no quiero ser así, pido perdón a Dios en Tu Nombre y suplico nuevas fuerzas para intentarlo de nuevo. Sé que no merezco nada, pero por Tu Misericordia, acuérdate de mi. Gracias por salvarme, limpiarme y darme otra oportunidad. En Tu Nombre he orado. AMEN"