
"¿De qué sirve decir que soy cristiano cuando realmente no lo soy? Han pasado años en la iglesia, pero no han habido cambios significativos. Aún estoy atado a cosas del ayer que no he podido dejar. ¿A qué me refiero? Dios lo sabe, pero me frustra el reconocer que no soy quién debería ser.
Soy más vulnerable cuando estoy cansado, cuando he dejaod de orar, de leer la Biblia, cuando me dejo de congregar. Cuando más débil me encuentro, los ataques y las tentaciones nunca faltan, buscando destruir lo que tanto ha costado edificar.
Lo más doloroso es cuando lo logran, cuando mi moral está por los suelos y no puedo mis ojos alzar. El miedo y la culpa son como hienas hambrientas que roen hasta la más mínima escencia de vida, arrancando parte por parte los huesos de mi cuerpo que se encuentra tirada en el polvo.
Después de las grandes bendiciones vienen las enormes dificultades, buscando robar lo que he ganado al pelear; me decepciona cuando lo logran, porque me siento miserable. ¿Para qué quiero vivir en este vaivén? ¿Puedo llamar a esto vida?
Soy pecador, lo reconozco, y aunque arrepentido siempre fallo, con o sin intención de hacerlo. Mi vida no es lo que debería ser, aún soy débil en algunas áreas, flaqueo como todos, soy humano. Dios, sé que estoy obrando mal, mi vida es un desastre, una vil mentira de falacia e hipocrecía. Quiero cambiar, dejar a un lado lo que me hace mal, abrir mi corazón a Ti con sinceridad, arreglar mis cuentas contigo frente a frente, vivir un evangelio digno de Ti.
Que estas letras sirvan como desahogo de mi alma, la cual sufre cuando ha pecado. NO quiero más hipocrecía en mi vida, quiero ser un líder, un hombre que motive e inspire a otros, alguien que lleve Tu Nombre por lo alto y viva enteramente para Ti.
Dios, ¿qué necesito hacer para alcanzar tan distante favor? ¿Qué debo hacer para alcanzar Tus misericordias y tocar Tu Corazón? La iluminación que Tu me des, esa tomaré. NO quiero que el resto de mi vida sea una mentira; o me convierto y te sirvo, o me dejas ponerme a cuentas y me llevas, pero no quiero vivir más la doble vida que he llevado."
¿Qué he querido expresar con esta oración? Bueno, muchos que decimos ser cristianos no lo somos, y eso lo reconocí el momento que escribí esta oración. Lastimosamente muchos vivimos engañados, creyendo que somos algo que en realidad no somos. Es por ello que te invito a que cambiemos, que hagamos un lado el pecado, que rindamos nuestra voluntad a Dios, que pidamos perdón al Padre y a los demás, que nos arrepintamos de corazón de nuestro mal camino, y caminemos de nuevo por la senda estrecha, al lado de Jesús, para que cuando muramos, se nos abran las Puertas de la Eternidad y Cristo nos diga: "Venid, benditos de mi Padre."