
¿Alguna vez te has preguntado por qué pasan ciertas cosas en tu vida y no encuentras respuesta alguna para ello? ¿Te has encontrado en medio de una espiral de confusión, en un laberinto tan enredado que no encuentras ni entrada ni salida a las cosas que suceden en ti o a tu alrededor?
Yo aún sigo preguntándome muchas cosas que me suceden en mi vida. Hay situaciones que pasamos que nos hacen pensar ¿Y esto es ser un seguidor de Cristo?
Bueno, es cierto que muchas de las cosas que pasamos son consecuencia directa de nuestras decisiones, sean estas buenas o malas, pero a veces ocurren eventos que nos quedamos pasmados y no sabemos de donde vienen ni por qué ocurren. A veces sientes que todo te esta saliendo mal, que la vida no tiene sentido, que no vale la pena seguir viviendo, y solamente quisieras escapar y salir huyendo de la realidad adversa que rodea tu vida.
Pensemos unos segundos, ¿qué cosas pasan en tu vida que aún no entiendes? Solamente por citar:
- ¿Por qué todo me sale mal?
- ¿Por qué mis padres se divorcian?
- ¿Por qué no puedo dejar aquel vicio que me esclaviza?
- ¿Por qué no puedo cambiar mi forma de ser?
- ¿Por qué no tengo dinero?
- ¿Por qué no soy feliz en la vida?
- ¿Por qué no tengo salud?
- ¿Por qué mi matrimonio se está destruyendo?
- ¿Por qué mis calificaciones están tan bajas?
- ¿Por qué mi novio/a me dejó?
La lista sigue, puedes agregarle más "por qué", pero Dios no se interesa tanto el por qué sino el PARA QUÉ de las cosas. ¿Cómo así? Bueno, Dios tiene un propósito para cada uno de nosotros. A veces yo lo he dudado, porque yo me conozco. Sé quién he sido y quién soy, pero Dios sabe quién voy a ser en el futuro.
El mira más allá del presente, Es es Eterno, El mira más adelante y nos ve de una perspectiva distinta. El no te ve como un inútil derrotado, no te ve como un adicto a "X" cosa, no te ve como un enfermo en una cama de hospital, ¡¡¡NO!!! El te mira como barro en Sus Manos con los cuales va a hacer algo hermoso.
Te mira y ve en ti un lienzo en blanco en el que pueda dibujar una obra de arte. En fin, es cierto que a veces el pecado nos ensucia y nos hace sentir indignos ante Dios, nos hace sentir sucios, miserables, pecadores, como nada ante El, más El nos sigue invitando:
Isaías 1:18 Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
Levántate, ánimo. Ya no preguntes por qué, pregunta para qué estás pasando las pruebas en tu vida y verás que el resultado será glorioso.