¿Alguna
vez has pensado “Quizás Dios se equivocó
conmigo y me hizo nacer en el país equivocado”? ¿En qué piensas cuando oyes
la frase “Buscando el Sueño Americano”?
Algo
que tenemos que comprender es que Dios NO se equivoca. Sea donde sea el lugar
donde Dios nos ha permitido nacer, hay que recordar que Él tiene un propósito y
de que lo cumple, lo cumple.
Si
bien es cierto, las noticias son alarmantes: muertos, robos, extorsiones,
pandillas, violencia, maltrato, etc. Sin embargo, los hijos de Dios NO vemos a
nuestro alrededor (pues eso nos decepcionaría) sino que tenemos nuestra mirada
en EL SALVADOR de El Salvador, nuestro Señor Jesucristo.
Recordando
el lema de la bandera, podemos notar el mensaje central que debería regir esta
nación. Analizando cada una de las palabras que conforman la consigna, se puede
notar lo siguiente:
DIOS:
Él debe ser el centro de la nación. Si todos hiciésemos nuestro el versículo de
2° Crónicas 7:14, volviendo sinceramente en arrepentimiento a Dios, veríamos un
país diferente. ¿Cómo cesarían los conflictos? ¿Existe alguien que
verdaderamente puede provocar un cambio sustancial en la nación? Solo Aquél que
es Dueño de todo, príncipe de paz, dador de la vida y dueño del oro y la plata.
UNIÓN:
¿Por qué nos matamos unos a otros, haciéndonos violencia, como si no fuésemos
hermanos? Padres matando hijos y viceversa. Falta de fidelidad, ausencia de
valores morales, irrespeto y odio es lo único que se oye al transitar por las
calles y avenidas de las ciudades. Por favor, es momento de recapacitar y dejar
que Dios actúe. Queremos vivir en paz, pero no queremos vivir en armonía,
tolerancia, siendo pacientes y benignos unos a otros. La unión es tan solo una
mera fantasía cuando solo la deseamos pero no luchamos por ella. Así como El
Padre, El Hijo y el Espíritu Santo, siendo tres forman uno, ¿cuánto más sus
criaturas deberíamos vivir en sincera comunión?
LIBERTAD:
Todos la quieren recibir, pero nadie quiere aceptarla cuando se le ofrece.
¿Parece contradictorio, verdad? Pero la realidad es que cuando Jesús llega al
corazón, Él ofrece libertad. Sin embargo, el ser humano NO quiere aceptar la
libertad de Cristo, sino que quiere su propia “libertad”, la cual es mejor
llamada “libertinaje”. Libertad NO es hacer lo que yo quiero, sino que libertad
es poder vivir haciendo la Voluntad de Dios, pues eso trae consigo una paz, una
serenidad al alma, una satisfacción y una tranquilidad tan inmensa, que si el
hombre y la mujer pudiesen comprenderla, nadie la rechazaría.
Hoy
te invito a que reflexiones en el lema de la bandera, sabiduría hay en esas
tres palabras. Si las haces tuyas, verás que grandes cambios pueden suceder
muy, pero muy pronto, en tu vida, en tu familia, en tu comunidad y (¿por qué
no?) en tu nación.
El
Salvador, tierra de hermosos paisajes, apacibles lagos, montañas imponentes,
cañales en flor, bellas y trabajadoras mujeres, hombres con espíritu luchador y
de conquista, todos rendidos ante los Pies del Maestro.