Hoy nos acompaña nuestro muy amado hermano Inés Meléndez, un anciano que
desde muy joven conoció al Señor, pero el mundo lo alejó de los caminos
del Evangelio y una enfermedad terminal hizo que volviese nuevamente al
redil. Dios le dio una vida nueva y restauración en su salud. Dios
puede hacerlo contigo también.