no te angusties, porque yo soy tu Dios.
Te fortaleceré y te ayudaré;
te sostendré con mi diestra victoriosa.
Isaías 41:10 NVI
Cuando siento miedo, pongo en ti mi confianza.
Salmos 56:3 NVI
Dios le da la orden a Josué en reiteradas ocasiones que se esfuerce y sea valiente (lee Josué capítulo 1). De igual manera, en estos tiempos Dios nos dice a nosotros "no temas".
El temor es la falta de confianza en Dios. Es lo contrario al amor según 1ra Juan 4:18 RVA
En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.
Es por eso que, si tenemos a Dios es nuestras vidas, no debemos tener miedo a lo que pueda suceder a nuestro alrededor.
Las noticias a diario son alarmantes. Cada día la moral y la confianza se va desmoronando poco a poco al ver que no podemos hacer mucho por cambiar la situación que vivimos.
Sin embargo, a pesar del panorama negativo, Dios nos invita que no temamos. Es difícil confiar en alguien que no vemos, pero es lo mejor y lo más beneficioso, aún para nuestra salud.
Si dejamos que nos invada el miedo, nos vamos a paralizar, veremos todo negativo y no podremos avanzar. ¿Te imaginas si Josué se hubiere acobardado? No hubiese entrado jamás a la tierra prometida.
Del mismo modo, a pesar del miedo o la angustia que puedas estar sintiendo, este es el momento de aprender a confiar en Dios.
Hacer de lado al temor da paso al amor de Dios. El nos sostiene y nos ayuda aún en los momentos más angustiosos que podamos estar atravesando. Por ello, deja que su amor te llene, satura tu mente de Sus promesas a través de la Biblia, ora para que tu alma se aquiete y reposa en el Señor.
"No temas" es uno de los consejos más repetidos en la Biblia. De hecho, aparece 366 veces en las Sagradas Escrituras (una para cada día del año, incluso para los bisiestos).
Como recomendación, te invito a que busques cada una de las veces que este consejo aparece en la Biblia. A medida que lo hagas, te llenarás de fe y fortaleza para afrontar los retos de la vida diaria.
No es momento de temer, sino de aprender a confiar en Dios.