Permíteme contarte una experiencia reciente; no te preocupes, no termina mal:
Estaba cambiando el pañal de mi hija, ella tiene año y medio. En lo que me di la vuelta para botar el pañal sucio ella se había metido una moneda a la boca. Cuando volteé a verla se estaba ahogando. En mi desesperación la tomé, metí mi dedo en su garganta y al no tocar la moneda la puse boca abajo y comencé a golpear su espalda.
A los tres golpes, ella arrojó la moneda de un centavo de dólar americano que tenía en la garganta. Comencé a darle aire, a tranquilizarla y procedí a darle agua. Debo de confesar que fue difícil para mí mantener la calma, pues ha sido una de las experiencias más horribles que he vivido en mis cortos "enta" años.
Mi esposa no estaba en casa en ese momento. Cuando ella regresó le conté lo sucedido; su rostro se tornó pálido, sus rodillas temblaron y se puso mal. ¡Pero si fui yo quién pasó el susto!
Doy gloria a mi Dios que esta experiencia no pasó a más, ya hace más de una semana de ello y mi niña está saludable y con energía (demasiada diría yo).
Ahora bien, sé que hay muchos que no hemos corrido con tan buena suerte y hemos tenido que despedir a un hijo hacia la eternidad antes de tiempo. Lo normal que pensamos los padres es que serán los hijos quienes nos enterrarán a nosotros y ellos quedarán. Pero en muchas ocasiones pasa lo contrario.
- Cuando muere un cónyuge, nos convertimos en "viudo/a".
- Cuando muere un padre, quedamos "huérfanos".
- Pero no hay una palabra que describa cuando perdemos un hijo.
Es curioso ver que Dios no ha creado una palabra para expresar el estado de un padre al perder un hijo. Y me atrevo a pensar porque El mismo sabe ese dolor y no encontró una manera de nombrarlo.
Como a las tres de la tarde, Jesús gritó con fuerza: —Elí, Elí, ¿lama sabactani? (que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” ). (Mateo 27:46 NVI)
Pinta la escena en tu mente:
El HIJO de Dios, el Único está dando su vida por los pecados de todos nosotros. Pero si era Hijo, significa que había un PADRE, ¿Verdad? La Biblia dice que Jesús gritó porque sentía la soledad, pues el Padre celestial, no podía soportar el ver morir a su Hijo, así que por un instante, la Trinidad se separa, dejando a Padre e Hijo separados por primera y única vez en toda la historia universal.
¿Cuánto dolor habrá sentido Dios Padre al ver a Su Hijo morir por un montón de pecadores que no lo merecíamos? Ponte en sus zapatos, ¿Hubieras tu permitido que tu hijo/a muriera por un montón de asesinos, violadores, drogadictos, narcotraficantes, adúlteros, blasfemos y pecadores humanos que ni siquiera conoces? ¡Pues eso es lo que Dios hizo!
Yo veo ahí el más grande cuadro de amor de parte de Dios hacia nosotros: nos dio lo mejor que el Cielo tenía, a Su Único Hijo para que seamos salvos. Quiero pensar que ese dolor tan grande que experimentó fue lo que lo motivó a no definir una palabra porque no había forma de expresar todo el dolor, sufrimiento, impotencia y desesperación que esta situación conlleva.
El mensaje final es que, a pesar de experimentar ese dolor, no nos negó a Jesús, el único camino a la salvación. La cuestión es si nosotros valoraremos el dolor del Padre al separarse de su Hijo para que seamos salvos.
Apreciemos y demos gracias por el dolor del Padre y el sacrificio del Hijo, para que ahora seamos salvos.