Tema de hoy: La Bienaventuranzas Mateo 5:1-12
1. Pobreza espiritual, humildad – recompensa: El reino de los cielos. Bienaventurados (felices, envidiables, y espiritualmente prósperos) los pobres (humildes) en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos (vs.3). No es una pobreza económica de la que Jesús habla aquí sino un espiritual. Pobreza espiritual no es algo que nosotros podemos traer a nuestras vidas a través de odiarnos o afligirnos a nosotros mismo. Es algo que solo viene cuando el Espíritu Santo nos muestra nuestra condición espiritual. El pobre en espíritu no confía en sus habilidades, razonamiento etc. El pobre en espíritu reconoce con humildad su necesidad absoluta de Dios. Reconoce que sin El nada puede. El hijo prodigo en Lc. 15:21 nos da un ejemplo de esto.
2. Llorar, compasión – recompensa: consolación, alivio. Bienaventurados (felices y envidiables) los que lloran, porque ellos recibirán consolación (vs. 4) Llorar, ¿porque? Porque reconocemos que hemos pecado en contra de Dios que es santo. Reconocemos que hemos deshonrado su nombre y hemos lastimado su corazón. Nos identificamos con la necesidad de aquellos que no conocen a Dios. 2 Cor. 7:10 pues la tristeza según la voluntad de Dios conduce a una conversión que da por resultado la salvación, y no hay nada que lamentar. Pero la tristeza del mundo produce la muerte.
3. Mansedumbre – recompensa: la tierra por heredad (su tierra prometida) Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad (vs. 5). Manso en el griego “praus” se utilizaba para referirse a animales domesticados. Específicamente caballos y bueyes los cuales son poderosos. Estos enseñados y disciplinados obedecen al humano. Manso en Mt. 5:5 se refiere a una persona que voluntariamente se sujeta a Dios. Es una persona cuya fuerza, mente, pensamientos, palabras, emociones y voluntad están totalmente rendidas a Dios. Es una persona de carácter que puede enfrentar cualquier circunstancia porque sabe quien es su Dios. Reconoce que El es grande y poderoso e infinitamente sabio. Es una persona que puede decir “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” porque su confianza esta depositada en Dios. Es una persona paciente que entiende que la vida cristiana es un “maratón” y no una “carrera de velocidad” (Sal.37:11).
4. Hambre y sed de justicia – recompensa: serán saciados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados (vs.6) Hambre y sed de Justicia es: Anhelar fervientemente aquello que es justo, correcto y de acuerdo a los que Dios aprueba. Hambre y sed de aquellas cosas que son éticas, moralmente correctas y dignas de alabanza. Es un estilo de vida en completa conformidad con Dios. Es un estilo de vida del cual El se agrada. Dios se revela al justo (Sal.11:7, Jn.14:21).
5. Misericordia – recompensa perdón, compasión y misericordia. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzaran misericordia (vs.7). Los misericordiosos son aquellos que no solo muestran compasión por el miserable, el necesitado sino que hacen algo se para ayudar a suplir sus necesidades (2Cor. 1:3-4). Es un estilo de vida y no un hecho aislado. Son aquellos que están tan agradecidos por la misericordia recibida de parte de Dios que anhelan que otros sean participes de ella. Son aquellos que extienden misericordia a otros a través de vivir una vida de perdón sin guardar rencores.
6. Pureza de corazón – recompensa: verán a Dios. Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios (vs.8). Pureza: Limpieza, transparencia, rectitud y honestidad. El limpio corazón ama la Palabra de Dios para guardarla (Sal.119.9). Renueva su mente con la Palabra de Dios (Rom.12:2). Ama la comunión con Dios y su palabra. No se permite tener algo en contra de alguien y cuando peca corre inmediatamente a los brazos de su Padre a pedir perdón (1Jn.1:9)
7. Pacificador, que buscan reconciliación – recompensa serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios (vs.9). Son aquellos que no solo aman a Dios sino a toda la humanidad de modo que hacen todo lo posible para que extender paz donde quiera que están (Rom.14:19). No son aquellos que procuran la paz a cualquier costo haciendo caso omiso a cosas que están mal, porque saben que a larga es peor. Tampoco son gente que acostumbra el chisme. Son aquellos que basados en los principios de verdad y justicia de Dios buscan restaurar relaciones (Ef.2:14).
8. Padecen persecución – recompensa: El reino de los cielos (galardón). Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos (vs.10). Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo (vs.11). Gozaos y alegraos, por que vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros. Son aquellos que por hacer aquello que glorifica a Dios son perseguidos. Aquellos que sufren por hablar la verdad de Dios. Aquellos que reconocen que si nuestro Señor fue perseguido nosotros también lo seremos (Jn.15:20). Son aquellos que anhelaban una mejor (patria) celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad (He.11:16).